lunes, 22 de diciembre de 2014

domingo, 29 de junio de 2014

Diseño de espacios “DIGITALES”, no perdamos más tiempo, el futuro es “HOY”.

Para que después no digan que sólo yo ando por ahí con eso de instalar ingentes cantidades de toma-corriente, tendidos de cables de RED y dejando tubos corrugados de 25 mm vacíos por toda la casa, que encarecen las instalaciones de un piso, más abajo les dejo la nota de Carlos Burges Ruiz.

Entendamos, un piso no es sólo un piso, es un hogar, el lugar donde pasaremos la mayor parte de nuestras vidas y por tanto debe ser confortable, seguro, habitables y lo más práctico posible, además de energéticamente eficiente.

Tomen NOTA.

Ventanas con rotura de puente térmico y doble o triple acristalamiento, y basta de correderas, que te hacen perder la energía que tanto cuidaste con la rotura del puente térmico y cristal triple.
Paredes exteriores aisladas (no cámara de aire, digo aisladas, si tienes cámara de aire rellénala con poliuretano, sino, aísla por dentro o por fuera, pero aísla).
Calefacción por suelo radiante (eléctrico de ser posible y por calentamiento directo, es más rápida y eficiente que cualquier otra).
Acumuladores solares (para quemar muy poco gas a la hora de calentar agua de la ducha).
Instalar toldos, para proteger todo del sol.


Y a esto, sumemos el Diseño de Espacios DIGITALES.

Diseño de espacios Digitales por Carlos Burges Ruiz.

Desde 1960 no ha cambiado mucho la forma en la que arquitectos e interioristas entienden cómo el usuario final de una casa se va a relacionar con la tecnología. Al final todo era tan sencillo como colocar enchufes y tomas de antena y que los enchufes estuvieran en los sitios adecuados para que electrodomésticos, televisores y posteriormente, ordenadores de sobremesa, pudieran funcionar. Los cambios en la última década han sido notables y sin embargo se sigue diseñando y construyendo sin tener apenas cuenta esos cambios.
Para empezar, me gustaría explicar un concepto que quizás os suene: el “Internet de las cosas”. Antes Internet era un medio de comunicación entre una persona y una red de contenidos a través de un ordenador. Durante los últimos años, y especialmente desde 2007, esa forma de entendernos con internet ha cambiado notablemente conforme otros dispositivos “no humanos” son capaces de conectarse a la red y realizar tareas. El ejemplo más evidente son esas neveras que hemos visto en alguna feria como “lo último” pero hay mucho más y sobre todo, ese “mucho más” está llamando a la puerta muy fuerte. Es el “internet de las cosas” en el que diferentes dispositivos que gestionan nuestro hogar están accesibles a través de internet y no solo hacen lo que nosotros les decimos, sino que aprenden de nuestras acciones para tomar sus propias decisiones, como es el caso del termostato Nest, un dispositivo diseñado por Tony Fadell, el padre del iPod y comprado recientemente por Google.
De hecho, la domótica está empezando a formar parte de la nueva construcción con preinstalaciones en los pisos de gama alta o incluso con instalaciones completas. Muchas compañías se anuncian en televisión con características de este tipo (recordáis los anuncios de toldos y persianas?) y las grandes compañías digitales de nuestro siglo como son Apple y Google están ofreciendo a los desarrolladores de aplicaciones para el móvil formas de programar que permitan controlar ciertos aspectos de la casa de forma remota. Evidentemente esto no es el futuro, porque el futuro ya está aquí.
Sin embargo, estamos hablando de tecnologías y de su implementación pero nadie explica cómo realmente funciona un hogar digital. Sí, hay vídeos, fotos de aparatos que te explican que usted podrá “hacer esto o lo otro” pero nadie dice como se implementa una capa digital encima de una casa para que además de ser cómoda y acogedora sea “amistosa” con las tecnologías del día a día que puedan utilizar sus habitantes. Empecemos con lo más básico y luego saltaremos a lo menos evidente.
Los diseñadores de interiores ponen pocos enchufes. Hoy en día, con uno o dos enchufes por habitación no hay ni para empezar. En la cocina si que hemos asumido que hay que enchufar pequeños electrodomésticos, pero por ejemplo, en la habitación de un adolescente necesitas al menos un enchufe para una o dos lámparas (mesilla y de estudio), otro para el ordenador, otro para un televisor, otro para la consola, otro para la cadena de música y otro más como mínimo para el cargador del móvil. Sin embargo seguimos colocando dos enchufes y permitiendo esa fea costumbre de las regletas que además es todo un problema de seguridad y una auténtico imán para el polvo y las pelusas.
Lo ideal es disponer de grupos de cuatro enchufes en los dos puntos posibles en los que se va a colocar la mesa de trabajo o donde van a estar los aparatos eléctricos, por ejemplo en el salón, como el televisor, el DVD y BluRay, la consola, un disco duro multimedia… La lista puede llegar a ser amplia. Estos enchufes han de colocarse en tiras, no en grupos y con las tomas (los dos agujeritos) en horizontal, no en vertical, para evitar que los cables enchufados y transformadores interfieran unos con otros. Y si es posible, una distancia de 4 o 5 centímetros entre uno y otro.
También tenemos que pensar en la “zona de carga” de la casa, que es donde acaban todos los teléfonos móviles y que suele estar en una ubicación accesible como es el salón. Allí ponemos a cargar los tablet, smartphones y reproductores de música con frecuencia y acaban todos enchufados a una regleta (otra vez). En el caso de disponer de un proyecto y una ubicación para los muebles, sería conveniente hablar con el cliente sobre dónde va a establecer esa zona de carga y colocar los enchufes necesarios para un mínimo de cuatro dispositivos.
Una buena idea son los enchufes que incluyen USB, una novedad relativamente reciente en el mercado. Sin embargo, hay que tener en cuenta varias cuestiones al respecto de este tipo de enchufes.
Para empezar los fabricantes de dispositivos móviles, como el iPhone, utilizan cargadores fabricados bajo una serie de especificaciones muy determinadas y con altos niveles de seguridad. Usando un enchufe USB eliminamos el cargador original de la ecuación para conectar nuestro caro dispositivo móvil a un cargador que puede ser genérico y que quizás no ofrece ni la misma calidad técnica ni las mismas condiciones de voltaje y amperaje necesitado por el dispositivo. Así, en el mejor de los casos, el dispositivo puede cargarse muy lentamente y en el peor, una subida o caída de tensión puede afectar directamente al dispositivo que se está cargando y averiarlo o lo que es peor, provocar un incendio. 
¿Enchufes USB? Sí, claro, es una mejora notable para el usuario, pero siempre que el fabricante ofrezca todo tipo de seguridades y homologaciones posibles.

Actualmente uno de los primeros servicios que se contrata cuando se llega a una casa nueva es internet. Hay dos opciones para acceder a Internet de alta velocidad: el ADSL que funciona a través de la línea telefónica y la fibra, que utiliza una instalación especial y un modem especial. Ambas dos opciones acaban desembocando, independientemente de cual se haya instalado, en un elemento que se llama Router. El Router es el encargado de recibir y enviar la información de y hacia internet y distribuirla entre los diferentes aparatos de la casa y en muchas ocasiones incluye en su interior la posibilidad de crear una red inalámbrica que permite no tener que desplegar cables por la casa.
Con frecuencia relegamos el Router a una esquina de la casa y procuramos taparlo para que no se vea porque “es feo y tiene cables”. Y al relegarlo a una esquina e incluso encerrarlo empiezan los problemas.
Una red Wi-Fi no es más que una gran burbuja que tiene como centro el Router. Así, si colocamos este dispositivo en una esquina de la casa, la cobertura de esa burbuja puede estar limitada por la distancia al Router y por la pérdida de señal originada por paredes y otros elementos que hay entre el Router y por ejemplo, el otro extremo de una casa (o la segunda planta). Así ocurre que resulta imposible tener internet o tenerlo, pero de muy mala calidad, en un extremo de la casa y todo se debe a una incorrecta colocación del Router y encima a que lo encerramos en ocasiones en un armario “para que no se vea” con lo que estamos sacrificando la calidad de internet que además pagamos muy caro. Los armarios de madera no interfieren tanto la señal inalámbrica del Router, pero si tiene puertas metálicas, simplemente es como ponerle una barrera que le cuesta mucho traspasar.

Una buena ubicación para el Router es, evidentemente lo más céntrico posible en la casa, pero no siempre vamos a poder dejar un aparato electrónico a la vista… Aunque sí podemos colocarlo encima de un armario. Esto nos permitirá disponer de una burbuja de Wi-Fi aceptable para disponer de cobertura en todo el hogar.
Si esto no es posible, es factible colocar repetidores que “leen” la red Wi-Fi desde el Router y amplifican la señal permitiendo disponer de mejor cobertura en ciertas zonas de la casa. 
También, cuando simplemente la cobertura Wi-Fi ese imposible, existen los dispositivos PLC.

Los PLC, o Power Line Comunnication, permiten enviar el internet a través de la red eléctrica local de la casa a ubicaciones en las que no llega el Wi-Fi. Es una solución muy utilizada en casas con dos o más pisos, permitiendo la disponibilidad de internet sin la necesidad de repetidores por la casa y asegurando una buena calidad. Los PLC usan ethernet luego para conectarse a los ordenadores aunque hay modelos que se convierten en puntos Wi-Fi para desplegar una red inalámbrica.
Una muy buena idea para ofrecer un buen rendimiento de internet en toda la casa es el cableado ethernet colocando las correspondientes tomas junto al enchufe en el que posiblemente se colocará la ubicación de trabajo o el televisor, ya que la mayoría de los televisores modernos incluyen un puerto ethernet para que sea factible enviarles desde cualquier ubicación de la casa contenidos desde un ordenador o puedan acceder a internet para ver contenidos.
Estos cables ethernet (CAT5 o CAT6) que instalan en la pared permiten internet de alta calidad y sin interferencias como el Wi-Fi además de un alto ancho de banda a la hora de, por ejemplo, compartir archivos entre los ordenadores conectados a esa red que se centraliza en el Router, enviar contenidos al televisor/es…

La verdad es que ya estamos complicando la cosa: ubicación del Router, tomas ethernet en las habitaciones, redes Wi-Fi, repetidores, PLC… el problema es que no podemos obviar que los usuarios de la casa ya no son los de hace 25 años: hoy en día prácticamente estamos conectados y dependientes de internet casi 24 horas al día y recurrimos a el para cosas importantes pero también para las más nimias. Una casa “preparada” para la vida digital no solo será más cómoda para sus habitantes sino también, más útil. Y ambas dos cualidades son muy importantes.


miércoles, 4 de junio de 2014


Este mes obtuvimos el segundo puesto y eso no es poco!!!

martes, 20 de mayo de 2014

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